FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y CULTURALES DE LA JUSTICIA RESTAURATIVA Y LA MEDIACIÓN: EL CONOCIMIENTO TRADICIONAL Y LA PRODUCCIÓN COMPARTIDA DE CONOCIMIENTO

Resumen

El artículo aborda los fundamentos éticos, filosóficos y culturales de la Justicia Restaurativa, destacando su integración con los saberes tradicionales y académicos para construir una sociedad más inclusiva y equitativa. La Justicia Restaurativa trasciende el modelo punitivo tradicional al enfocarse en la reparación del daño, el fortalecimiento de las relaciones y la valoración de múltiples perspectivas culturales. La Producción Compartida del Conocimiento combina saberes académicos y comunitarios, garantizando prácticas restaurativas culturalmente sensibles y adaptadas a las necesidades específicas de las comunidades. Este enfoque representa un cambio de paradigma, alejándose de la justicia retributiva y promoviendo un modelo colaborativo y reparador. Basándose en pensadores como Emmanuel Levinas, John Rawls y Hans-Georg Gadamer, el artículo enfatiza la importancia del diálogo, la ética de la alteridad y la valoración de narrativas plurales, inspirado por la crítica de Chimamanda Ngozi Adichie sobre la "historia única". Compara la Justicia Restaurativa con un rizoma, según lo descrito por Deleuze y Guattari, por sus conexiones fluidas y horizontales, y destaca la centralidad de la comunidad, como señala Michel Maffesoli. El Principio de No Saber se destaca como una guía para mediadores y facilitadores que promueven la co-creación de soluciones, mientras que el Lenguaje Mediador e Restaurativa se presenta como una herramienta emancipadora que transforma el diálogo en una construcción colectiva. La inclusión de los saberes locales es esencial para garantizar la relevancia cultural de los procesos restaurativos. El artículo concluye que la Justicia Restaurativa, basada en la Producción Compartida del Conocimiento y la valoración de la diversidad, ofrece un modelo transformador para la gestión de conflictos. Promueve la construcción de un sistema de justicia más humano, culturalmente adaptado, centrado en el fortalecimiento de las comunidades y en el fomento de una cultura de paz.